El vegetarianismo

El tema del vegetarianismo es muy amplio. Nos contentamos con esbozar aquí algunos de sus numerosos aspectos.

Las razones por las que la gente llega al vegetarianismo son numerosas y variadas: contaminación alimentaria, higiene, alergias, razones médicas, afectivas, sentimentales, éticas, científicas, filosóficas, convicciones religiosas, etc. Dicho de otra forma, el régimen vegetariano puede concernir o interesar tanto a los materialistas como a los espiritualistas, con motivaciones muy diferentes.
El vegetarianismo es una regla de vida que no debe imponerse, ya que podría ocasionar desequilibrios tanto psíquicos como físicos. Esta disciplina requiere una reflexión madura que debe llegar poco a poco a una decisión asumida libremente. Pues no basta sólo con suprimir la carne de las comidas; por el contrario, para preservar un equilibrio alimentario es indispensable sustituir la carne por diversas proteínas vegetales. Por otra parte, la asimilación de las proteínas se favorece con un modo de vida en el que intervenga el sol, el aire puro, la naturaleza y ciertas actividades espirituales. Hacerse vegetariano generalmente va acompañado por un cambio en el modo de vida, por una adaptación, por la transformación de ciertos hábitos (se hace con un fin bien determinado). Es muy importante que estas modificaciones se hagan con conocimiento de causa, con armonía, y como resultado de una elección libre. Las motivaciones personales y la intención son factores determinantes para el éxito de estos cambios.

Los efectos del miedo

Extracto de la conferencia nº 304
¿Han pensado ustedes en lo que sienten los animales cuando se llevan al matadero? Son sensibles, a veces más que el hombre. ¡Qué miedo, qué horror los invaden! Presienten lo que les espera. No pueden expresarlo, pero sus glándulas reaccionan, secretan y excretan humores cargados con su odio y su angustia, que son un verdadero veneno que se extiende en primer lugar por su sangre y luego por todas las células de su cuerpo. Los Maestros conocen este veneno y los científicos pronto lo descubrirán. Todo discípulo debe observarse para llegar a ser consciente de lo que ocurre en él según lo que coma, beba y respire. Este veneno, que es el resultado del miedo, no puede ser neutralizado o eliminado de la carne ni cocinándola ni lavándola; se extiende y actúa en el organismo del hombre.

Alimentación cárnica y alimentación vegetariana

Extracto de las Obras Completas – Volumen 16

La diferencia entre el alimento cárnico y el alimento vegetariano reside en la cantidad de rayos solares que contienen. Las frutas y las verduras están tan impregnadas de luz solar que se puede decir que son una condensación de la luz. Por tanto, cuando se come una fruta o una hortaliza se absorbe luz solar, lo que no deja desechos en nosotros. Mientras que la carne es más bien pobre en luz solar, por eso se pudre rápidamente.

La necesidad de alimento en todos los planos

Extracto de la conferencia nº 304

Ustedes no se alimentan sólo en el plano físico. Después de una buena comida, experimentan un sentimiento de contento, de bienestar, porque su deseo de comer ha sido satisfecho. ¿Por qué en ese momento sienten otros deseos, por ejemplo el de escuchar palabras agradables y amables? Una mujer colmada con los mejores alimentos para el cuerpo puede, sin embargo, seguir hambrienta; se ahoga porque su alma tiene hambre… En regiones más elevadas de su ser, ustedes anhelan otros alimentos: la belleza, los colores, la armonía, la música, la poesía; necesitan sensaciones sutiles e íntimas, quieren rezar y contemplar. En todos los planos experimentan la necesidad de recibir alimentos. Y como todos los seres, desde el inferior al sublime, desde el insecto al arcángel, escogen los alimentos que les convienen, que incluso les caracterizan y les son específicos, el nivel del ser humano corresponde a los alimentos que reclama y prefiere. Ustedes son lo que comen. Ustedes son también su manera de comer.
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