bandeau haut

 

Reflexiones y poemas sobre el sollever de soleil

Akhenaton
¡Qué bella es tu aurora en el horizonte del cielo,
Oh Aton vivo, iniciador de la vida!...
¡Cuando te elevas en el borde del cielo, Oh radiante Aton, Oh radiante Aton, el mundo se ilumina!...
Los hombres se despiertan y se levantan. Al ver tu aurora sus brazos se elevan para adorar tu llegada…
Aunque estás lejos, tus rayos caen en la Tierra y las caras de los hombres son su reflejo.

 

Vincent Van Gogh
Es un hecho que, en la vida, el bien es una luz situada a una altura tan grande que parece natural no poder alcanzarlo… Si la luz es el símbolo del bien, de lo bello, de lo verdadero, la fuente luminosa por excelencia - el Sol - sólo podrá ser Dios.

 

Camille Flammarion
Fuente resplandeciente de la luz, del calor, del movimiento, de la vida y de la belleza, el divino sol ha recibido, a lo largo de los siglos, los homenajes atentos y agradecidos de los mortales. El profano lo admira porque siente los efectos de su poder y de su calor; el sabio lo aprecia porque ha aprendido a reconocer su importancia única en el sistema del mundo; el artista lo saluda porque ve en su esplendor la causa virtual de todas las armonías.
Platon
Pero Sócrates siguió ahí, inmóvil hasta la aurora y la salida del sol. Luego se fue, después de haber dirigido su oración al Sol.

 

Léonard de Vinci
Quisiera encontrar palabras que me permitan censurar a los que ponen el culto a los hombres por encima del culto al sol…

 

Victor Hugo
Contemplad la pureza divina de la mañana…
Esta prodigiosa sonrisa, el sol.
El sol, esta flor de los esplendores infinitos…

 

HIMNO AL SOL DE LOS INDIOS ZUNÍES
Muy temprano, por la mañana,
nos despertamos, nos despertamos,
cuando la madre Dios-Sol se levanta.
La saludamos con alegría.
Ella nos acoge con un rostro radiante.
Ella nos recibe con un cálido beso.
Tan dulcemente, tan dulcemente…
¡Escuchad, sólo escuchad!
¿De dónde vienen todos esos sonidos lejanos?
Ecos de allá donde la luz abunda, torrentes de cristal de suave murmullo estallando sin medida.
Son los semillas de oro del pensamiento,
los murmullos silenciosos, apenas percibidos,
que nos llenan de alegría y de gozo, los senderos por los que el alma se eleva.